
Hoy os voy a hablar del último juego que he jugado en la Xbox One y no es ni más ni menos que la versión “defnitive edition” del Tomb Raider. Hay que decir que es el mismo juego que hubo para Xbox360 y PS3 (cosa que desconocía) con un lavado de cara acorde con las consolas actuales, eso se traduce en mejores gráficos y cosas por el estilo, pero lo que nos importa es el juego en sí.

El juego me ha gustado mucho, teniendo en cuenta que desde el tomb raider 3 de playstation 1 no he vuelto a jugar a ninguno pues el cambio ha sido descomunal, pero quitando la parte gráfica y sonora que es soberbia el juego mantiene muy bien la jugabilidad, ahora mejorada con el tipo de armas, combos para rematar a los enemigos y un sinfín de extras que hace que no te dediques exclusivamente a pasar de fase, sino que hay que descubrir reliquias, diarios, mapas, tumbas y más extras todo esto es opcional pero es como mejor se conoce las fases y le sacas más jugo al juego.
Hay mucha cinemática que a veces rompe un poco la línea rítmica del juego pero que tampoco es nada del otro mundo, hace años se nos hacía la boca agua con las de playstation y ahora es como una película, tal cual, la fotografía estupenda, los planos, los colores, las puestas de sol, las diferentes horas, lluvia, sol, nevando, completo lo mires por donde lo mires.


En definitiva, para mí es un juego soberbio, hacia mucho (20 años más o menos) que no me ponía en la piel de Lara Croft y ha sido una experiencia muy entretenida, ahora dejaremos pasar un tiempo para meter mano al siguiente juego de la saga Rise of the Tomb Raider y espero que al menos sea como el que he comentado.
