El último comic que leí en papel fue a esto de los 15 años, y aún conservo algunos de la época. Pero fue cuando empecé a dar uso a la aplicación del mismo móvil que me dio por revisitar alguno y terminar series completas que de otra manera no hubiese podido ser, como el caso del Hokuto o los caballeros del zodiaco que apenas llegué a visionar algunos números.
Años más tarde, fue en una ponencia de la universidad que usaron unas imágenes de Murena para ilustrar unas presentaciones. Anoté el nombre y busqué la obra, y así fue como descubrí magníficas obras. Que maravilla el cómic franco-belga. He visto recientemente otras obras que me parecen impresionantes, con argumentos realmente buenos y giros finales similares en calidad, las dejo para comentar otro día.
Pero hoy he venido a hablar de
Block 109, que puñetera genialidad. Al principio no me convencía el dibujo, porque me he vuelto un exquisito, pero al final me ha gustado. Para entrar en situación: Alemania ha ganado la segunda guerra mundial y Hitler ha sido asesinado. A partir de ahí, a imaginarse, que puede salir cualquier cosa, y ha salido un gran producto. Menudo giro mete al final. Me he leído los cinco tomos disponibles, el principal con el hilo de la historia central que es el más extenso y el resto, todos buenísimos a su manera, presentando tipos de historia diferente, siendo
Ritter Germania el que más se sale de la línea argumental y el que más me ha gustado.





Hay un concepto que me ha parecido fascinante, por simple y porque no había recaído en ello. Me ha recordado uno de los principios de un autor olvidado al que estudié. Me refiero a los principios de Premack, donde uno de ellos es que lo más sencillo siempre nos pasa desapercibido por delante de las narices. Ya lo intuía, pero desde entonces siempre lo tengo presente. Esto me ha recordado también un momento en que estaba leyendo una obra de Proudhon, no recuerdo ahora cual, donde introduce el concepto de la fuerza de trabajo multiplicada, y afirma que el empresario paga al trabajador por su trabajo individual, pero que se beneficia del producto del trabajo combinado de muchas personas, sin el cual no sería posible levantar, por ejemplo, un gran edificio, y que por ello deberían ser remunerados en consecuencia de ese trabajo combinado tal como se beneficia el segundo. Es algo que tampoco se me había ocurrido, y es que a veces tienes un sentimiento, una idea, pero fallan las palabras, sin embargo, alguien ya se ha encargado de componer la misma idea con una mejor prosa.
El autor plantea la idea de que sin el número, la cifra, la masa en este caso, no se habrían cometido las atrocidades que se han cometido a lo largo de la historia. Es decir, sin el crecimiento poblacional que ha habido no hubiesen existido legiones romanas para masacrar, o suficiente mano de obra para levantar pirámides para más tarde hacer sacrificios, u otras para servir de supuesto templo a la muerte en otras latitudes. Por ello, el protagonista de la historia se propone resetear a la humanidad y privarla así del poder de su número, que a fin de cuentas solo sirve para los propósitos y aberraciones de unos pocos.
Leedlo, os lo recomiendo!